El cielo es el dador de luz en el paisaje y la tierra el receptor. Esta simple observación ha estado en el centro de la comprensión del paisaje desde que los artistas comenzaron a pintar. John F. Carlson en su popular libro, Carlson Guide to Landscape Painting, separa el paisaje básico en cuatro secciones de valor claro y oscuro:
- El cielo, siendo la fuente de luz, es el más ligero.
- la tierra plana de campos y cuerpos de agua es segunda
- la tierra angulada de colinas y montañas es la tercera;
- La naturaleza vertical de los árboles y la vegetación los hace los más oscuros.
Por supuesto, hay situaciones que disputan esta teoría, pero en general es una buena observación y ha ayudado a muchos a volverse más sensibles a la calidad de la luz y sus habilidades de reflexión, que es lo que nos hace mejores pintores. Tener árboles oscuros y verticales contra un cielo claro produce una de las situaciones más bellas y difíciles de manejar en el paisaje: los agujeros del cielo.
Agujeros del cielo
La cantidad de agujeros visibles en el cielo depende de la densidad del follaje, pero como solía decir un artista amigo: "Hay que dar a las aves un lugar para volar dentro y fuera". Se cree comúnmente que una vez que se selecciona un valor y un color para El área del cielo, los agujeros del cielo deben pintarse con el mismo tono. Sin embargo, cuando se hace esto, los agujeros parecen demasiado claros y brillantes, pareciendo más adornos en el árbol en lugar de luz que viaja a través del árbol. Aquí es donde la observación aguda -y una buena comprensión de la física de la pintura- resultarán invaluables. La apariencia se debe en gran parte a dos condiciones. Primero, la luz detrás del árbol tiene que viajar a través de la masa del árbol hasta sus ojos, un tipo de túnel. A lo largo de ese camino, se difunde y dispersa, y por lo tanto se debilita. En segundo lugar, la relación que tendrá con la oscuridad del árbol puede hacer que parezca más claro de lo que realmente es. Dado que estos agujeros del cielo tienen que penetrar en la mayor parte del árbol y están aislados visualmente por la oscuridad del árbol, los pigmentos elegidos para retratarlos deben ser ligeramente más oscuros que el resto del cielo. Cuanto más grande es el agujero del cielo, más claro puede ser su centro.