Después de editar el artículo de Sheila Hollihan-Elliot "Edward Hopper: Composing for Impact" para nuestro número de julio / agosto, me intrigaron algunas cosas que aprendí sobre la vida privada de Hopper, sobre el papel que su esposa Jo jugó en su pintura, y él, en la de ella.
Así que pedí Edward Hopper: una biografía íntima de Gail Levin (Rizzoli International Publications, 2007). Pensé que podría encontrar algunas anécdotas convincentes para bloguear, por ejemplo, sobre lo que estaba sucediendo cuando Hopper estaba trabajando en tal y tal pintura. Una semana después llegó el libro: un tomo de 777 páginas de 2½ pulgadas de grosor se balanceaba precariamente sobre la enorme pila de pruebas en mi bandeja de entrada.
Tal vez me sentí intimidado por su peso, temeroso de bloguear sobre un libro que nunca podría terminar; quizás localizar esos fragmentos tentadores de sus vidas parecía más difícil de lo que había pensado originalmente; o, después de pasar 10 horas al día trabajando en la revista y tareas relacionadas, podría ser que me atraía más la lectura más liviana, la "jardinería", la jardinería y los paseos por el parque. En cualquier caso, son tres meses después y no has visto nada de mí en esta biografía de Hopper; más bien, debo decir, no has visto nada de mí en absoluto.
Sin embargo, sigo interesado en el trabajo de Hopper y su vida, y, si alguna vez lo hago, el libro promete ser una lectura fascinante. Pero por ahora pensé en compartir este podcast de exhibición especial del Museo Metropolitano de Arte que arroja algo de luz (sin juego de palabras) en Hopper's A Lighthouse and Two Lights. Espero que lo disfruten. - Chris McHugh